El proyecto consiste en la adecuación de un piso de 300 m² originalmente destinado a oficinas, el cual fue reconvertido en una clínica de belleza estética. El nuevo programa incluye una recepción, consultorios médicos, cabinas de masaje, farmacia, salón de usos múltiples y una sala de juntas, articulados de manera funcional y fluida.












El concepto principal de la clínica gira en torno a un centro organizador: la sala de juntas. Este espacio, ubicado estratégicamente en el corazón del proyecto, simboliza el lugar donde los especialistas toman decisiones conjuntas para el diagnóstico y tratamiento integral de los pacientes. A partir de esta sala central, los demás espacios se disponen de forma radial o perimetral, fomentando un flujo interno lógico y eficiente.
La estética general responde a la necesidad de transmitir limpieza, serenidad y profesionalismo. Por ello, el blanco domina la paleta cromática, reforzando la sensación de pulcritud y amplitud, mientras que los acentos dorados aportan sofisticación, calidez y un carácter distintivo propio del ámbito estético. Las texturas suaves, la iluminación indirecta y el mobiliario cuidadosamente seleccionado complementan la atmósfera de bienestar.
La distribución prioriza la privacidad, comodidad y fluidez, permitiendo que los pacientes transiten con tranquilidad entre áreas públicas y privadas. Las cabinas y consultorios están pensados para garantizar confort y eficiencia operativa, mientras que los espacios comunes (como el salón de usos múltiples) permiten la integración de talleres, charlas o reuniones entre profesionales.